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𝐄𝐥 𝐩𝐫𝐨𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐄𝐬𝐭𝐚𝐝𝐨 𝐩𝐞𝐫𝐮𝐚𝐧𝐨.

Percibimos un Estado lento, ineficiente y corrupto. Esta realidad frena el desarrollo, la inversión y la generación de oportunidades para todos.

Es necesario un Estado cercano. Uno que sí escuche.

La descentralización justa de recursos.

Y sobre todo dignidad para todos a través de la participación y la igualdad genuina.

La meta es construir un Estado que sea un facilitador del progreso y no un obstáculo.